Conceptos de “libertad individual”, ideas de “self-making” y la creencia de “progreso sin fin” están todos incorporados en las maneras de como participamos en la situación actual de consumismo, propio del Capitalismo tardío. Estos vienen a ser los logros de lo que muchos pensadores de hoy en día llaman la “ideología de la elección” del consumidor. Sin embargo, esta ideología de selección individual tiene la propiedad de inhibir a las personas de pensar en el cambio social dentro de su propio contexto. En otras palabras, esto ha paralizado las posibilidades de un cambio social real y colectivo.
La obra de Abigail Reyes Buena fortuna (2014) se ha posicionado dentro de los intersticios de esta negligencia individual. Ella lo ha hecho mediante la apropiación de las aspiraciones individualistas de las personas a través de confrontar a salvadoreños en su propia tierra natal, sin recurrir al horror de la violencia sistematizada, ni tampoco de la corrupción estatal y sus fallas endémicas hacia el desarrollo económico.

Buena Fortuna se enfoca en la colaboración con los adivinadores de fortuna –una tradición declinante en El Salvador- quienes usan aves que han sido entrenadas para sacar pequeños sobres. Normalmente estos sobres llevan mensajes que contestan los dilemas individuales sobre la salud del cliente, la riqueza y el amor, todos esos subjetivos deseos y las ansiedades que conllevan, las cuales están cargadas de la “ideología de elección” del cliente. En su obra, Abigail ha reemplazado el mensaje dentro del sobre con recortes de los titulares de las noticias que dos periódicos de mayor circulación del país han publicado a lo largo del año. Encontrando mensajes que oscilan entre la depresión económica y la violencia de pandillas, aspectos que afectan a la colectividad, cada cliente que busca su fortuna –a ser revelada por los pájaros entrenados (la naturaleza)- de repente se da cuenta de la precariedad social de su contexto. En esta pieza, el concepto de la fortuna migra entonces de una proyección imaginativa del futuro individualista a la necesidad de cambio en el presente de la colectividad. Un presente que intrínsecamente afecta la salud, riqueza y amor de los individuos. 

Inti Guerrero, 2015.


















Concepts of 'individual freedom,' ideas of 'self-making', and the belief of 'endless progress' are all embedded in the forms of which we participate in the current state of consumerism in late capitalism. These have become the achievements of what many thinkers today call the consumer’s 'ideology of choice.' This ideology of individual choices has, however, inhibited people to think of social change within their own given context. In other words, it has petrified the possibilities of real collective social change.

Abigail Reyes's work Buena Fortuna, 2014 (Good Fortune), has positioned itself precisely within the interstices of this individualist negligence. She has done this by appropriating people's individualistic aspirations by confronting Salvadorans in her hometown, but instead with the horror of a systematized violence, as well as state corruption and its endemic failures toward economic development.

Buena Fortuna is centered on collaboration with street-fortune-tellers—a dwindling tradition in El Salvador—who use love birds that have been trained to pick small envelopes. Normally, these envelopes keep messages that answer to individualistic dilemmas regarding a client's health, wealth and love; all those subjective desires, and their accompanying anxieties, which are fueled in life by the consumer’s 'ideology of choice.'  In her work, Reyes has replaced the messages type with newspaper cutouts of news headlines published throughout the year by two of the country's main newspapers. By encountering messages ranging from economic depression to gang violence, issues which affect the collective, each client seeking a fortune—to be unraveled by the trained birds (nature)—suddenly become aware of the social precariousness of their context. In this piece, the concept of fortune then migrates from an imaginative projection of individualistic future, to the need of changing the collective's present. A present that inherently affects the health, wealth and love of individuals.

Inti Guerrero, 2015